AÑO 1862.
Buscadores de petróleo encuentran cuatro cabezas colosales de piedra en la ciudad olmeca de Tres Zapotes. Este hallazgo arqueológico marcó el inicio de aún más descubrimientos de cabezas colosales, formando un total de 17 cabezas, esculpidas aproximadamente en el año 850 a. C. Cada cabeza colosal representaba a los personajes importantes de la civilización: gobernantes, reyes, sacerdotes, chamanes, entre otros.